Día 5, Dejarnos transformar por la Palabra: “Ustedes ya están limpios, por la palabra que les he hablado” (Juan 15:3
Escritura
Meditación
La Palabra de Dios está muy cerca de nosotros. Es una bendición y una promesa de felicidad. Si abrimos nuestros corazones, Dios nos habla y pacientemente transforma lo que está muriendo en nosotros. Dios elimina lo que impide el crecimiento de la vida real, así como el viticultor poda la vid.
Meditar regularmente sobre un texto bíblico, solo o en grupo, cambia nuestra perspectiva. Muchos cristianos rezan las Bienaventuranzas todos los días. Las Bienaventuranzas nos revelan una felicidad que se esconde en lo insatisfecho, una felicidad que está más allá del sufrimiento: bienaventurados aquellos que, tocados por el Espíritu, ya no retienen sus lágrimas sino que las dejan fluir y así reciben consuelo. A medida que descubren el manantial escondido en su paisaje interior, crece en ellos el hambre de justicia y la sed de comprometerse con otros por un mundo de paz.
Estamos constantemente llamados a renovar nuestro compromiso con la vida, a través de nuestros pensamientos y acciones. Hay momentos en los que ya saboreamos, aquí y ahora, la bendición que se cumplirá al final de los tiempos.
Oración
Bendito seas, Dios Padre, por el don de tu palabra en la Sagrada Escritura. Bendito seas por tu poder transformativo. Ayúdanos a elegir la vida y guíanos con tu Espíritu, para que podamos experimentar la felicidad que tanto deseas compartir con nosotros. Amén
- Deuteronomio 30:11-20: La palabra de Dios está muy cerca de ti
- Mateo 5:1-12: Bienaventurados sean
Meditación
La Palabra de Dios está muy cerca de nosotros. Es una bendición y una promesa de felicidad. Si abrimos nuestros corazones, Dios nos habla y pacientemente transforma lo que está muriendo en nosotros. Dios elimina lo que impide el crecimiento de la vida real, así como el viticultor poda la vid.
Meditar regularmente sobre un texto bíblico, solo o en grupo, cambia nuestra perspectiva. Muchos cristianos rezan las Bienaventuranzas todos los días. Las Bienaventuranzas nos revelan una felicidad que se esconde en lo insatisfecho, una felicidad que está más allá del sufrimiento: bienaventurados aquellos que, tocados por el Espíritu, ya no retienen sus lágrimas sino que las dejan fluir y así reciben consuelo. A medida que descubren el manantial escondido en su paisaje interior, crece en ellos el hambre de justicia y la sed de comprometerse con otros por un mundo de paz.
Estamos constantemente llamados a renovar nuestro compromiso con la vida, a través de nuestros pensamientos y acciones. Hay momentos en los que ya saboreamos, aquí y ahora, la bendición que se cumplirá al final de los tiempos.
Oración
Bendito seas, Dios Padre, por el don de tu palabra en la Sagrada Escritura. Bendito seas por tu poder transformativo. Ayúdanos a elegir la vida y guíanos con tu Espíritu, para que podamos experimentar la felicidad que tanto deseas compartir con nosotros. Amén