Día 3, Formamos un solo cuerpo: “Que se amen unos a otros, como yo los he amado” (Juan 15:12b
Escritura
Meditación
En la víspera de su muerte, Jesús se arrodilló para lavar los pies de sus discípulos. Conocía la dificultad de la convivencia y la importancia del perdón y el servicio mutuo. “Si no te los lavo”, le dijo a Pedro, “no tendrás parte conmigo”.
Pedro recibió a Jesús a sus pies; se dejó lavar los pies y se conmovió por la humildad y la dulzura de Cristo. Más tar- de seguiría el ejemplo de Jesús y serviría a la comunidad de los fieles en la Iglesia primitiva.
Jesús desea que la vida y el amor circulen a través de nosotros como la savia a través de la vid, para que las comunidades cristianas sean un solo cuerpo. Pero tanto hoy como en el pasado, no es fácil vivir juntos. A menudo nos enfrentamos con nuestras propias limitaciones. A veces no amamos a los que están cerca de nosotros en una comunidad, parroquia o familia. Hay veces en que nuestras relaciones se rompen completamente.
En Cristo estamos invitados a revestirnos de compasión, a través de innumerables nuevos comienzos. El reconocimiento de que somos amados por Dios nos mueve a aceptarnos con nuestras fortalezas y debilidades. Es entonces cuando Cristo está entre nosotros.
Oración
Dios, nuestro padre, nos revelas tu amor a través de Cristo y de nuestros hermanos y hermanas. Abre nuestros corazones para que podamos acogernos con nuestras diferencias y vivir en el perdón. Concédenos vivir unidos en un cuerpo, para que el don que es cada persona salga a la luz. Que todos nosotros juntos seamos un reflejo de Cristo vivo.
- Colosenses 3:12-17: Revístanse de entrañable misericordia.
- Juan 13:1-15; 34-35: Que se amen unos a otros.
Meditación
En la víspera de su muerte, Jesús se arrodilló para lavar los pies de sus discípulos. Conocía la dificultad de la convivencia y la importancia del perdón y el servicio mutuo. “Si no te los lavo”, le dijo a Pedro, “no tendrás parte conmigo”.
Pedro recibió a Jesús a sus pies; se dejó lavar los pies y se conmovió por la humildad y la dulzura de Cristo. Más tar- de seguiría el ejemplo de Jesús y serviría a la comunidad de los fieles en la Iglesia primitiva.
Jesús desea que la vida y el amor circulen a través de nosotros como la savia a través de la vid, para que las comunidades cristianas sean un solo cuerpo. Pero tanto hoy como en el pasado, no es fácil vivir juntos. A menudo nos enfrentamos con nuestras propias limitaciones. A veces no amamos a los que están cerca de nosotros en una comunidad, parroquia o familia. Hay veces en que nuestras relaciones se rompen completamente.
En Cristo estamos invitados a revestirnos de compasión, a través de innumerables nuevos comienzos. El reconocimiento de que somos amados por Dios nos mueve a aceptarnos con nuestras fortalezas y debilidades. Es entonces cuando Cristo está entre nosotros.
Oración
Dios, nuestro padre, nos revelas tu amor a través de Cristo y de nuestros hermanos y hermanas. Abre nuestros corazones para que podamos acogernos con nuestras diferencias y vivir en el perdón. Concédenos vivir unidos en un cuerpo, para que el don que es cada persona salga a la luz. Que todos nosotros juntos seamos un reflejo de Cristo vivo.